* Fenicia
* Griega
* Cartaginesa
* Visigoda
* Romana
* Musulmana
* Judía - sefardí
En preparación el resto
* Griega
* Cartaginesa
* Visigoda
* Romana
* Musulmana
* Judía - sefardí
FENICIA.-
Aunque el establecimiento humano en la zona de
la actual Córdoba se remonta al Paleolítico y con certeza a los siglos IX y VII
a.C., final de la edad de Bronce, no se afianzó hasta la llegada de los
fenicios.
Y es que la primera vez que aparece esta ciudad
en documentos históricos es con la llegada de los fenicios atraídos por el
comercio utilizando las vías fluviales. Así siguiendo el curso del Guadalquivir
llegaron hasta Córdoba, en donde fundaron un centro del comercio.
Lo que ya no esta tan claro es si la ciudad la
fundaron ellos, o ya existía como tal población y ellos le dieron un mayor
auge. Si bien lo que parece más cierto según algunos historiadores, entre ellos
el etimologista Samuel Bochart, es que
el nombre por el que ahora se le conoce proviene de la lengua fenicia,
llamándole Corteba o Qorteba, que significa “Molino de aceite”. No en vano
fueron los fenicios quienes trajeron a la Península Ibérica el cultivo de la
aceituna para producir aceite.
En definitiva, los fenicios establecieron una
asidua comunicación fluvial entre Córdoba y Cádiz a través del Guadalquivir
empleando pequeños barcos, los cuales transportaban a la costa los productos
que la cuenca tenía y sobre todo metales preciosos. Metales que se encontraban
en abundantes minas y que incluso los
ríos arrastraban arenas con oro y que los naturales lavaban y recuperaban.
Así pues, la introducción del alfabeto, los
cultivos del olivo, una más moderna tecnología de manipulación de los metales y
la orfebrería, fueron de importante valor para el desarrollo y la cultura
cordobesa. Amén de la huella en la estructura urbana, sustituyendo la
disposición circular de las viviendas, por construcciones cuadradas o
rectangulares, con pavimentos de pequeños guijarros apisonados y muros de
piedra y barro, como el que hubo en la Colina de los Quemados.
Pero claro, los turdetanos quisieron
arrebatarles a los fenicios la dominación del territorio, por lo que estos a
verse hostigados, llamaron en su auxilio a los cartagineses, que también de
origen fenicio, estaban establecidos en la costa septentrional de África y con
gran poder en aquella época.
Pero no vayamos a otras culturas sin hacer una
mención a las muestras de cerámica decoradas con líneas concéntricas negras
sobre barniz rojo procedente de los alfares fenicios que se encontraron en el
asentamiento del Parque Cruz Conde, situado donde estaban las antiguas huertas
tras el Cementerio de la Salud.
GRIEGA.-
Y aunque tuvieron poca
presencia en Córdoba, sí que llegaron a realizar algunas operaciones,
insignificantes que se sepa, pero suficientes como para haberse encontrado
enterrados en el suelo cordobés cerámicas de dibujos negros y rojos.
CARTAGINESA.-
Hay una teoría sobre el
origen del nombre de la ciudad, Córdoba, y es que procede del cartaginés
“Karduba”, contracción de Kart-Juba que significa la “Ciudad de Juba”, siendo
Juba el general de Amílcar Barca que llegó a Córdoba ascendiendo por el río
Betis (Guadalquivir) y que murió en una batalla en la zona alrededor del 230 a.C.
Pero fue ocho años antes, en
el 238 a.C. cuando Amílcar Barca desde Cádiz emprendió la conquista de la
Bética, de manera que en poco tiempo se estableció en ciudades como Málaga,
Sevilla y Córdoba.
Por consiguiente volvió a
restablecerse el comercio entre Cádiz y Córdoba por vía fluvial aprovechando
todas la mejoras que introdujeron los fenicios.
Sabido es que a la muerte de
Amílcar Barca le sucedió su yerno Asdrúbal a quien le siguió su hijo Aníbal,
general que obsesionado con derrotar a los romanos, formó un gran ejército compuesto
por hombres de Cartago y de la Península Ibérica, siendo Córdoba un destacado
proveedor de soldados dispuesto a cruzar los Alpes hasta llegar a Roma.
Bibliografía:
·
ANTIVQVITAS – 2012 Nº24
·
Crónica de la Provincia de Córdoba
de Manuel González Llana
·
Historia de Córdoba de Enrique
Aguilar Gavilán