jueves, 24 de abril de 2014

Breve historia de Córdoba

La ocupación de la zona donde se encuentra Córdoba se remonta a los siglos IX y VII a.C., al final de la Edad de Bronce, incluso mucho antes en el Paleolítico. Pero se afianzó con la llegada de los fenicios y griegos a la península gracias a la navegabilidad del río Guadalquivir.

No obstante, no fue hasta mediados del siglo II a.C., entre el 169 y 153 según Estrabón, cuando se hace sentir gracias al general romano Claudio Marcelo, quien la designa como Capital de la Hispania Ulterior, y se hace conocer por haber dado al Imperio grandes filósofos como Séneca, y poetas como Lucano. De todas maneras, fue con el mandato de Cesar Augusto cuando Córdoba alcanza mayor relevancia, proliferando la construcción de monumentos y mejoras de infraestructuras públicas, prueba de ello son los restos del anfiteatro y templos (situados en la actual calle Claudio Marcelo) y la construcción del puente por donde discurría la Vía Augusta, además de un circo, un teatro sólo 6 metros más pequeño que el de Roma y el anfiteatro más grande del Imperio.

Queda muy bien ilustrado en el vídeo que nos ofrece Alvaro Fonseca  

De todas maneras no alcanzó su esplendor hasta que después de que los árabes invadieran la Península Ibérica en el año 711, el lugarteniente de Tariq, Mugit, tomase Córdoba, y que Abd al-Rahman I en el año 756 la proclamara capital del independiente Al-Andalus e iniciara la construcción de la Mezquita sobre la basílica de San Vicente.
No obstante, no llegó a ser la capital del Emirato Independiente de Damasco y del Califato Omeya de Occidente hasta que Abd al-Rahman III el 16 de enero del 929 así lo decidiera. Siendo precisamente este califa quien procediera a la construcción de Medina Azahara.
Autor: M. Roldán

Así en el siglo X es una de las capitales más grandes del mundo y centro cultural con una biblioteca con más de 400,000 volúmenes. Política y económicamente alcanzó su gran esplendor durante el reinado de Alhakam II, hijo de Abd al-Rahman III, y de su hijo Hixam II, cuando se llevó a cabo la ampliación de la famosa Mezquita. Sin embargo, a partir de la muerte de Almanzor, Córdoba empezó a decaer, sobre todo en el 1013 cuando se derrumbó el califato y se convirtió en reino de taifa. 
Imágenes

Pero antes de avanzar, es un placer ver algunas imágenes de Medina Azahara, ciudad que mandó construir Abderramán III a 8 km. de Córdoba en la misma Sierra Morena, que siendo un homenaje a la favorita del califa, su principal motivo fue demostrar el poder del califato cordobés. Veamos pues las magnificas fotos que nos ofrece Manuel González.


Y para aún mayor información, si hace clic  AQUÍ    playerbcn1 le llevará directamente a un vídeo sobre dicha ciudad. Gracias y no olvide volver para seguir conociendo la breve historia de córdoba.

Es reconquistada para los cristianos por Fernando III "El Santo" el 29 de junio del 1236 proyectándose entonces la construcción de 14 iglesias, siete en la Medina (Villa) y otras tantas en la Ajarquía.
La enorme población de Córdoba con el Califato, se vio mermada con la aparición de la peste negra en el 1349 y su repetición quince años después. Pero resurgió un siglo después con los Reyes Católicos, quienes recibieron aquí a Cristobal Colón para hablar del proyecto de su viaje a las Indias.

Siglos posteriores, Felipe II, tratando de restablecer la importancia de Córdoba, mandó construir las Caballerizas Reales, pero los siguientes monarcas poco se ocuparon de la ciudad, no siendo hasta mediados del siglo XX cuando Córdoba recupera el esplendor de su economía y crecimiento de la población, consiguiendo ser declarada Patrimonio de la Humanidad.



M. Roldán

Como el blog no está muerto y trata de enriquecerse con la aportación de quienes quieran ofrecer sus conocimientos a los admiradores de Córdoba, añado una información cedida por  Ana María Alba:


El esplendor de la Córdoba romana es comparable al de la etapa musulmana .



Corduba romana.- Los romanos llegan a la Península Ibérica para luchar contra los cartagineses durante las Guerras Púnicas (s. III a. C.) después de la ruptura por parte de los segundos del Tratado del Ebro (….) y acaban conquistando todo el territorio peninsular. La integración de nuestro territorio en la estructura territorial romana, basada en la existencia de diferentes provincias, tuvo lugar en torno al s. III  y II a. d. C.                                           

          La estratégica situación geográfica de nuestra provincia atrajo por el año 206 a.C. a los romanos, que emplazaron junto al poblado ibérico originario (Colina de los Quemados) el campamento de invierno de sus tropas. Durante la ocupación romana, Corduba tuvo un control territorial sin precedentes. Se afirmó la utilidad administrativa de la urbe, que facilitaba la seguridad y el avituallamiento de las legiones romanas, por lo que pasó a ser considerada capital de la Hispania  Ulterior que comprendía más de la mitad de la Península Ibérica

Su fundación como ciudad no llegaría hasta mediados del siglo II a.C. por el pretor Marco Claudio Marcelo 169 a. d. C. (fecha discutida) que embelleció y extendió Corduba hacia el Este, dividiéndola en dos porciones, una donde vivían los naturales y otra las familias romanas. La ciudad alcanza un gran desarrollo y embellecimiento siguiendo el modelo de las urbes romanas. 

           Las tropas romanas, licenciadas tras la conquista y las luchas que supusieron las guerras civiles que afectaron a Roma a finales del primer triunvirato ( Metello contra Sartorio y Pompello contra Cesar- Batalla de Munda, marzo del 45 a.d.C. ), se quedan  atraídas por la riqueza de sus tierras, sus yacimientos mineros…..  y se establecen por todo el Valle del Guadalquivir. En la provincia de Córdoba se desarrollan numerosos núcleos urbanos ( Ategua (Santa Cruz) Épora (Montoso), Iponuba (Baena) Igabrum (Cabra)… que siguen el modelo urbanístico romano, desarrollándose, a su vez, una importante red viaria. 

En la reforma administrativa realizada por Augusto, Corduba se convirtió oficialmente en la capital de la provincia Ulterior Bética. A pesar de la indudable importancia de la Corduba imperial, las fuentes escritas son escasas, siendo más importantes las arqueológicas de las que se conservan, entre otras, importantes restos del teatro (no el anfiteatro) en el solar del actual Museo Arqueológico, el cual tenía un aforo entre 10,000 y 15,000 espectadores, lo que te da una idea de la población que debió tener Córdoba.  

Lo que influyeron otras culturas en Córdoba

 Seis culturas dejaron huella en Córdoba:
* Fenicia
* Griega
* Cartaginesa
* Visigoda
* Romana
* Musulmana
* Judía - sefardí

FENICIA.-


Aunque el establecimiento humano en la zona de la actual Córdoba se remonta al Paleolítico y con certeza a los siglos IX y VII a.C., final de la edad de Bronce, no se afianzó hasta la llegada de los fenicios.

Y es que la primera vez que aparece esta ciudad en documentos históricos es con la llegada de los fenicios atraídos por el comercio utilizando las vías fluviales. Así siguiendo el curso del Guadalquivir llegaron hasta Córdoba, en donde fundaron un centro del comercio.

Lo que ya no esta tan claro es si la ciudad la fundaron ellos, o ya existía como tal población y ellos le dieron un mayor auge. Si bien lo que parece más cierto según algunos historiadores, entre ellos el etimologista Samuel Bochart,  es que el nombre por el que ahora se le conoce proviene de la lengua fenicia, llamándole Corteba o Qorteba, que significa “Molino de aceite”. No en vano fueron los fenicios quienes trajeron a la Península Ibérica el cultivo de la aceituna para producir aceite.

En definitiva, los fenicios establecieron una asidua comunicación fluvial entre Córdoba y Cádiz a través del Guadalquivir empleando pequeños barcos, los cuales transportaban a la costa los productos que la cuenca tenía y sobre todo metales preciosos. Metales que se encontraban en abundantes minas  y que incluso los ríos arrastraban arenas con oro y que los naturales lavaban y recuperaban.

Así pues, la introducción del alfabeto, los cultivos del olivo, una más moderna tecnología de manipulación de los metales y la orfebrería, fueron de importante valor para el desarrollo y la cultura cordobesa. Amén de la huella en la estructura urbana, sustituyendo la disposición circular de las viviendas, por construcciones cuadradas o rectangulares, con pavimentos de pequeños guijarros apisonados y muros de piedra y barro, como el que hubo en la Colina de los Quemados.

Pero claro, los turdetanos quisieron arrebatarles a los fenicios la dominación del territorio, por lo que estos a verse hostigados, llamaron en su auxilio a los cartagineses, que también de origen fenicio, estaban establecidos en la costa septentrional de África y con gran poder en aquella época.

Pero no vayamos a otras culturas sin hacer una mención a las muestras de cerámica decoradas con líneas concéntricas negras sobre barniz rojo procedente de los alfares fenicios que se encontraron en el asentamiento del Parque Cruz Conde, situado donde estaban las antiguas huertas tras el Cementerio de la Salud.


GRIEGA.-

Los griegos no quedaron al margen de la colonización del Mediterráneo, pues desde mediados del siglo IV a.C.  también recorrían el Guadalquivir haciendo operaciones mercantiles con los pobladores de su cuenca.


Y aunque tuvieron poca presencia en Córdoba, sí que llegaron a realizar algunas operaciones, insignificantes que se sepa, pero suficientes como para haberse encontrado enterrados en el suelo cordobés cerámicas de dibujos negros y rojos.


CARTAGINESA.-

Hay una teoría sobre el origen del nombre de la ciudad, Córdoba, y es que procede del cartaginés “Karduba”, contracción de Kart-Juba que significa la “Ciudad de Juba”, siendo Juba el general de Amílcar Barca que llegó a Córdoba ascendiendo por el río Betis (Guadalquivir) y que murió en una batalla en la zona alrededor del 230 a.C.

Pero fue ocho años antes, en el 238 a.C. cuando Amílcar Barca desde Cádiz emprendió la conquista de la Bética, de manera que en poco tiempo se estableció en ciudades como Málaga, Sevilla y Córdoba.

Por consiguiente volvió a restablecerse el comercio entre Cádiz y Córdoba por vía fluvial aprovechando todas la mejoras que introdujeron los fenicios.

Sabido es que a la muerte de Amílcar Barca le sucedió su yerno Asdrúbal a quien le siguió su hijo Aníbal, general que obsesionado con derrotar a los romanos, formó un gran ejército compuesto por hombres de Cartago y de la Península Ibérica, siendo Córdoba un destacado proveedor de soldados dispuesto a cruzar los Alpes hasta llegar a Roma.


Bibliografía:
·      ANTIVQVITAS – 2012 Nº24
·      Crónica de la Provincia de Córdoba de Manuel González  Llana
·      Historia de Córdoba de Enrique Aguilar Gavilán






En preparación el resto